miércoles, 9 de enero de 2013

FISIOTERAPIA DEL SUELO PÉLVICO ¿cuándo recurrir a ella si eres mujer?


La especialidad de la fisioterapia del suelo pélvico y abdomen (técnicamente fisioterapia uro-ginecológica, obstétrica y coloproctológica) es un área de trabajo relativamente nueva y es aún poco conocida en nuestro país.  Por ello no se suele saber cómo puede ayudarnos preventivamente y/o qué disfunciones puede tratar.

Recurre a la fisioterapia del suelo pélvico si tienes.... pérdidas de orina de cualquier magnitud, pérdidas de materia fecal o no control de gases, sensación de urgencia (de no llegar a tiempo al baño, con perdidas o sin ellas), que apretar para orinar, estreñimiento o dificultad para vaciado completo, sensación de pesadez o de bulto (como un “Tampax mal puesto), dolor en tu periné, dolor  en las relaciones sexuales, dificultad para el orgasmo y/o disminución de su intensidad, o una operación quirúrgica reciente (histerectomía, tumores, prolapso, incontinencia, hemorroides...). 
 
Pero no hay que esperar a que se desarrolle la disfunción. De forma preventiva recomendamos... preparar el suelo pélvico y abdomen antes de quedarte embarazada, realizar preparación al parto especializada, recuperar el suelo pélvico y abdomen en el postparto y realizar evaluación preventiva para prevenir disfunciones en caso de que tengas uno o más factores de riesgo. Y además, si vas a ser operada, tener un suelo pélvico en condiciones facilitará tu recuperación posterior.

Quieres profundizar un poco más?



Tratamiento del suelo pélvico para la mujer

Se considera que hay que realizar tratamiento cuando ya hay síntomas o signos de disfunción. Muchas veces la persona que tiene disfunción no los reconoce, por lo que consideramos que la información es el la primera aportación que podemos hacer como terapeutas.

Recurre a la fisioterapia del suelo pélvico si tienes:

Pérdidas de orina de cualquier magnitud. Porque aunque sea muy frecuente perder unas gotitas sólo en algunas ocasiones (al hacer esfuerzos, correr, toser, estornudar, reírse...), esto ya no es normal, es un primer nivel de disfunción que si no se trata irá a más.

Pérdidas de materia fecal o no control de gases. Aún más escondido que las pérdidas urinarias, pero  frecuente en el postparto e indicador de que la musculatura del suelo pélvico y del esfínter anal no está funcionando óptimamente.

Sensación de urgencia, de no llegar a tiempo al baño, con perdidas o sin ellas. Indica que el detrusor (músculo de la vejiga) está más activo de lo que debiera, y puede tratarse.

Que apretar para orinar. Fisiológicamente no tenemos que apretar para evacuar la orina, si esta es tu situación, podría existir entre otras cosas prolapso (que está obstruyendo) o un síndrome de micción no coordinada (la musculatura se contrae de forma no consciente).

Estreñimiento o dificultad para vaciado completo. El estreñimiento un factor de riesgo para otras disfunciones del suelo pélvico (incontinencia, caída de órganos, hemorroides, fisura anal...) y desde la fisioterapia puede tratarse  y reeducarse cuando es de tipo distal y funcional. Una dificultad de vaciado puede estar asociada por ejemplo a anismo (dificultad para relajar el esfínter anal) o a la existencia de un prolapso.

Sensación de pesadez o de bulto, como un “Tampax mal puesto”. Puede ser indicador de la existencia de prolapso (descenso de órganos -vejiga, útero, recto-). Mediante fisioterapia podemos revertirlo o pararlo en estadios iniciales, al agravarse la única solución es quirúrgica, por tanto te recomendamos que no lo dejes. A veces no da síntomas directos, pero sí es causante de otras disfunciones de la zona (incontinencias, dificultades defecatorias o miccionales, dolor o dificultad en las relaciones sexuales, dolor intravaginal y/o lumbar ...).

Dolor en tu periné. Son muchas las causas que pueden provocarlo, desde adherencias de cicatrices o desgarros, hipertonía,  o las disfunciones englobadas como dolor pélvico crónico (por cistitis intersticial, atrapamiento del nervio pudendo...). Estudiaremos cada caso y te comentaremos qué puede hacer la fisioterapia.

Dolor  en las relaciones sexuales. El dolor en las relaciones sexuales puede deberse a factores psicológicos o físicos. La fisioterapia trata en los casos físicos (hipertonías, dispareunia, dolor por falta de elasticidad de cicatrices o desgarros) y complementa el tratamiento psicológico en los casos de vaginismo.

Dificultad para el orgasmo y/o disminución de su intensidad. En el encuentro sexual intervienen factores tanto psico-emocionales, como hormonales y físicos. En esta última parte la fisioterapia puede ayudarte, porque una musculatura del suelo pélvico tonificada, elástica y sin dolor proporciona una mayor calidad en nuestras relaciones sexuales.

Una operación quirúrgica reciente urológica, ginecológica o coloproctológica (por ej. histerectomía, tumores, prolapso, incontinencia, hemorroides...). El tratamiento se iniciará cuando lo autorice el cirujano, comenzando por técnicas indirectas (drenaje linfático, movilizaciones) y posteriormente directas (elastificación de los tejidos cicatrizados y tonificación de la zona). Así se facilitará la recuperación, se evitarán disfunciones asociadas y disminuirá el riesgo de recaída.

Fisioterapia preventiva para la mujer

El principal factor de riesgo para tener disfunciones es el embarazo y el parto vaginal. Por ello recomendamos:

Preparar el suelo pélvico y abdomen antes de quedarte embarazada. Porque llegar al embarazo en condiciones reducirá los riesgos y facilitará la recuperación posterior. Por ejemplo, tener incontinencia antes del embarazo es un factor de riesgo que se dé durante el embarazo y de que continúe después de éste. O tener una episiotomía muy fibrosada supone riesgo de desgarro por ese punto.

Realizar preparación física al parto especializada. Desde la fisioterapia podemos ayudaros con masaje perineal (disminuye el riesgo de desgarros),  con recursos y posturas para la dilatación (para tener menos dolor y facilitar el encajamiento del bebé), y enseñaros a realizar pujos eficaces (para facilitar la salida del bebé y disminuir el riesgo de lesión).

Realizar recuperación del suelo pélvico y del abdomen en el postparto. Tras el embarazo y el parto o cesárea, recomendamos revisar el estado del suelo pélvico para valorar su estado y detectar afectaciones que pudieran ser asintomáticas. Así mismo se considera interesante recuperar la musculatura del suelo pélvico y abdomen y realizar readaptación postural para la recuperación completa.

Para evitar tener disfunciones en el futuro, si tienes uno o más factores de riesgo de padecer incontinencia urinaria o prolapso (caída de órganos), puedes venir a vernos para que evaluemos como estás y te enseñemos a prevenir.
Además del embarazo y el parto vaginal, hay otros factores de riesgo a tener en cuenta: la incontinencia y prolapsos en la familia, la enuresis en la infancia, los factores que aumentan la presión intra-abdominal de forma crónica (como p.ej. obesidad, ejercicios de alto impacto, la bronquitis crónica, o el estreñimiento), factores físicos (posición y anatomía de la pelvis, estructura del tejido conectivo, distribución de las fibras musculares tipo I y II, o grosor de la sección de la musculatura del suelo pélvico), psicológicos y comportamentales, hormonales (menopausia), enfermedades puntuales (infecciones del tracto urinario inferior), hereditarias (por ej. síndrome de Marfan que altera el colágeno), crónicas (como esclerosis múltiple o parálisis cerebral por afectación neurológica central, diabetes por neuropatía periférica, o miopatías), intervenciones quirúrgicas previas (p. ej. histerectomía); hábitos (tabaquismo); e incluso raza (las europeas tienen más riesgo que las africanas y asiáticas).
 
Esperamos haber contribuido a que estés más informada, porque

información es capacidad de decisión, es salud!!

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